El siguiente texto pertenece al libro  Abrahadabra  de Roy Orpheus, un excelente libro de Magia para principiantes, orientado específicam...

Yoga 101


El siguiente texto pertenece al libro Abrahadabra de Roy Orpheus, un excelente libro de Magia para principiantes, orientado específicamente a la Magia del Thelema. Fué mi primer libro de Magia serio, por lo cual lo recomiendo ampliamente.

Sin embargo, algunos tramos del texto original fueron removidos por mi. ¿Por qué adaptar o remover cosas de un texto que recomendás ampliamente? El texto está orientado específicamente a la Magia Thelemica, por lo cual hay anotaciones y tips que son específicos de esta corriente y de su estrecha relación con las Artes Místicas Orientales. Son excelentes tips, pero son algunos que no creo que tengan uso para el lector promedio de este blog. Dicho esto, si el Thelema es algo de tu interés, recomiendo enormemente comenzar por este libro.

Por otro lado, cito este libro y no uno específicamente de Yoga, porque me parece que vale la pena leer un instructivo de parte de alguien que utiliza el Yoga de la misma manera que yo: Una herramienta de la Magick. Este es un blog de Magia y Hermetismo (Por si no quedó claro todavía), por lo cual el acercamiento al Yoga, de mi parte, se hace desde este lado.

Dicho esto, procedamos al Yoga 101:

"¿Yoga? ¿Qué tiene que ver con magick? ¿No es una clase de ejercicio para la salud? Bueno, sí, es una clase de ejercicio para la salud. También es la piedra fundacional de toda la práctica de magick. Es importante recordar que aprender magick no pasa por saber mover una vara a tu alrededor mientras cantas extraños hechizos,pero no te preocupes, vas a estar haciendo un montón de estas cosas, pero más tarde.

Para aprender magick plenamente, debes aprender todo acerca de ti, porque es desde ti de donde la magick fluirá. Los portales de los templos antiguos tenían inscriptas encima las palabras "Conócete a Ti Mismo", y conocer el propio ser es el primer deber y el deseo de todo buen mago.

O.K., ya sé que estás pensando: ¿de qué manera me puede ayudar a conocerme el hacer nudos con mi cuerpo? En primer lugar es importante que te liberes de un malentendido común: que yoga significa que debes pararte sobre tu cabeza con las piernas cruzadas, cantando complicadas oraciones. Puedes hacerlo si quieres, pero no va a servirte de mucho, especialmente cuando te caigas y te rompas el cuello.

En yoga, lo primero y más importante que hay que aprender es la postura, o ásana, para emplear el término correcto. Ya que algunos términos de yoga no tienen traducción exacta a las lenguas occidentales, a veces usaré la palabra sánscrita original. No te preocupes si esto te resulta confuso al principio, es bastante fácil acostumbrarse.

Pero volvamos a ásana. Es importante que aprendas una buena postura, por varias razones. Primero, ásana es útil durante la meditación. Ayuda a mantener tu cuerpo quieto y corta la sensación de inquietud que el cuerpo desarrolla cuando es abandonado a sus propios medios. Intenta con este sencillo ejercicio. Dale una mirada a tu reloj y fíjate qué hora es. Ahora deja este libro y simplemente permanece sentado sin moverte, por unos minutos, mirando una sola cosa durante todo el tiempo -la portada de este libro, por ejemplo. Cuando comiences a sentirte realmente incómodo/a o con picazón, detén el ejercicio y mira la hora en tu reloj. Si lograste permanecer más de unos pocos minutos sin incomodidad, lo estás haciendo muy bien.

Ahora pensemos un poco acerca del ejercicio. No puedes sentarte y concentrarte por más que unos pocos minutos. ¿Cómo vas a hacer un ritual que puede llevar una hora de total esfuerzo físico y mental? La segunda razón por la que ásana es importante, es porque una postura determinada afecta las áreas sutiles de tu cuerpo de distintas maneras, por ejemplo fortaleciendo aquellas partes que serán sometidas a estrés cuando, más adelante en tus estudios, comiences a explorar el plano astral.

La tercera razón importante por la cual un ásana es útil, y de porqué es más que simplemente "sentarse quieto", es que tu postura afecta el fluir de la energía de los centros mágicos de tu cuerpo. Estos centros mágicos son llamados chakras o "ruedas". Hay siete chakras principales, que se agrupan de la siguiente manera:

En la base de la espina está el Chakra Muladhara, el "centro de tierra" de tu cuerpo. En tu región genital está el Chakra Svadhistana o "centro lunar". Alrdedor de tu estómago está el Chakra Manipura, asociado con las energías de Venus y Mercurio; y por encima de éstos está el centro del corazón, Anahata, el asiento de las energías solares. En tu garganta está el Chakra Vishuddha, atribuído a Plutón, el centro de transformación; en tu frente está el Chakra Ajna donde se juntan las energías de Saturno y Urano, y derecho por encima de tu cabeza está Sahasrara, el último centro chákrico, atribuído al planeta Neptuno. No te preocupes si no puedes recordar todos estos nombres sánscritos, o si no puedes comprender qué tienen que ver los planetas con esto, pues con la práctica, de a poco todo comenzará a tener sentido. Lo principal para recordar ahora es que estos centros existen, y que actúan como reservas de energía mágica a la que puedes acudir en casos de necesidad. Si quieres, estudia el diagrama del sistema chákrico y trata de imaginar estos centros dentro de tu cuerpo, girando enérgicamente mientras estás en tu ásana.

Así que... ¿qué es exactamente un ásana? El gran maestro de yoga Patánjali escribió que "Ásana es aquello que es firme y placentero". Así de simple. El ásana más básica es conocida como la Postura del Dios. Consiste en sentarse con la espalda erguida en una silla firme, las piernas bien juntas y tus manos descansando sobre tus rodillas. Si alguna vez viste una estatua de los dioses Egipcios sentados, sabrás a qué me refiero.

-"¿Quieres decir que eso es todo?"- puedo escucharte gritar.

Bueno, por lo menos es un punto de partida.

-"¿Entonces, por qué nunca ví un yogui Indio sentado así?-

Buena pregunta. Los hombres sagrados de la India no suelen a vivir en departamentos, y usualmente no tienen suficiente espacio en sus taparrabos como para encajarse allí una silla. Así que normalmente se sientan en el suelo, que es barato y siempre está allí.

 En realidad el último párrafo fue un poco exagerado, pero igual contiene elementos de verdad. Las posturas sobre el suelo tienen sus ventajas, así que trata de ver cuáles prefieres. Recuerda que lo más importante es que la postura te resulte cómoda, y que siga siendo cómoda durante más que unos pocos minutos.

Puedes probar una variación de la Postura del Dios, llamada El Dragón. De rodillas en el piso (te recomiendo que pliegues una frazada para hacer una base firme pero confortable), los dedos de ambos pies tocándose, talones separados formando una especie de montura para apoyar tus nalgas. Mantén tus piernas juntas y coloca tus manos sobre tus muslos, como hiciste en la Postura del Dios. Como en todas las ásanas, es importante que mantengas tu espalda bien erguida. Nuevamente, esta es un ásana sencilla, pero muy útil.

Si te sientes totalmente atlético y/o masoquista, puedes probar la famosa Postura del Loto: siéntate con las piernas cruzadas sobre el piso (o frazada) y coloca tus manos sobre tus rodillas, palmas hacia arriba, la punta del pulgar y del índice tocándose hasta forma una "O", el resto de los dedos bien extendidos pero relajados. Esta es mi ásana favorita, pero si tienes problemas con ella, recuerda que cualquiera de las otras ásanas harán igual de bien el trabajo que tenemos en mente.

O.K. Ya elegiste tu ásana, ¿ahora, qué hacemos con ella? No mucho, por ahora. El primer ejercicio que vamos a hacer es muy sencillo. Siéntate en tu ásana, cierra lo ojos, y simplemente concéntrate en tu respiración. Siente tu aliento fluyendo por las fosas nasales, bajando por tu cuello, llenando tus pulmones. No hagas el menor intento de controlar tu respiración, sólo déjala fluir naturalmente. Cuando inhalas, repítete mentalmente:

"El aire entra",

y cuando exhalas, piensa:

 "El aire sale".

Nota que NO está diciendo que eres tú el que está respirando. Esto es importante. Queremos dejar que el aliento fluya totalmente más allá de tu control, en este ejercicio eres solamente un observador del proceso. Estás estableciendo al "Observador Silencioso"; aprendiendo a desapegarte de tus respuestas corporales. Esto no implica que las reacciones de tu cuerpo sean "malas" o "sucias", o que el cuerpo sea algo de lo que debes tratar de escapar; muy lejos de eso. Al convertirte en el "Observador Silencioso", aprenderás a apreciar más plenamente el proceso de la sensación, de cómo tu ser se vincula con el exterior en muchos niveles -respiración, pensamiento, emoción, Voluntad, etc.

Haz este ejercicio por lo menos una vez diariamente durante el primer mes de tu entrenamiento mágico. Te garantizo que al cabo de un mes, aunque sólo practiques esto, te sentirás muy diferente en tu interior. No olvides llevar un cuidadoso registro de tus sensaciones en tu Diario Mágico.

A medida que practiques ásana, llegarás a un punto (usualmente al cabo de diez minutos o algo así) en que comenzarás a sentirte extremadamente incómodo, casi agonizando en medio de dolorosos calambres. Trata de no rendirte en este punto, pero anótalo en tu Diario Mágico cuando suceda, y trata de permanecer en tu ásana sólo UN POCO más, aunque duela.

Ten cuidado de no ir demasiado lejos ¡no es tu intención terminar lastimándote! Como regla general, recuerda que mantener la regularidad de tu práctica de yoga es más importante que hacerla muy extensa. Diez minutos por día es mucho mejor que sólo una hora los domingos.

Lo mejor es tratar de hacer tu práctica de yoga aproximadamente a la misma hora todos los días, para mantener un ritmo. Como el yoga es mucho más fácil cuando no tienes mucha comida en el estómago, el mejor momento es, por lejos, la mañana, justo después de levantarte. Si esto no fuera posible, por la noche justo antes de irte a la cama también es bueno. Definitivamente no debes practicar después de comer, ya que mucha de la energía de tu cuerpo está ocupada en la digestión de tu alimento, y te sentirás lento y adormilado. Probablemente estés pensando que también te sientes lento y adormilado por la mañana, pero es diferente.

Practicar tu sesión de yoga inmediatamente al despertar, ayudará a tu cuerpo a despabilarse, haciendo circular mucho más rápidamente los químicos que necesitas. NO bebas té o café inmediatamente después de despertarte, pues por un largo período, los estimulantes artificiales hacen más lenta la producción de los estimulantes naturales del cuerpo. Si eres un adicto a la cafeína, espera a terminar tu práctica de yoga para tomar tu primera dosis. Al cabo de seis meses te sentirás mucho mejor de esta manera.

Obviamente te sentirás bastante incómodo practicando tu ásana con tus ropas habituales, así que trata de vestir algo suelto y razonablemente abrigado; las ropas de jogging están muy bien, pero no son perfectas. Encuentro que es mucho más cómodo (especialmente en la Postura del Loto) si no llevo nada puesto en las piernas. Si tu habitación es lo suficientemente cálida, trata de trabajar desnudo/a.

No recomiendo llevar puestos anillos o brazaletes, aunque un collar estaría bien, particularmente si tiene un significado mágico para ti. Probablemente lo mejor que puedas llevar puesto es una túnica larga y amplia. Puede estar hecha de seda o algodón, e idealmente debería ser completamente negra, aunque blanca, dorada o azul marino servirán en caso de apuro. Evita las túnicas con un dibujo o estampado, mientras más simple, mejor. Un kimono japonés de seda es bastante lindo y fácil de conseguir. Lo insuperable es una túnica que no tenga apertura frontal, pero que te puedas poner pásandotela por la cabeza y que te llegue hasta los tobillos. Abajo debe ser lo suficientemente amplia como para permitirte total libertad de movimientos, y también sentarte con las piernas cómodamente cruzadas por adentro de ella. De la misma manera, las mangas deben ir ensanchándose hacia los puños, de modo que puedas envolver fácilmente los brazos en ellas.

De ser posible, una gran capucha que cubra toda tu cabeza es también una buena idea. Al hacer tus ejercicios de meditación, la capucha te servirá para aislarte en gran medida de la luz y el sonido externos (y además te verás muy bien vestido/da de negro de la cabeza a los pies, es muy sentador para la figura). No uses la túnica más que para tus fines mágicos; debe ser mantenida aparte de las cosas cotidianas que podrían ensuciarla, especialmente cocinar con aceite o limpiar el baño (no te rías, he visto hacerlo...).

Puede ser que sientas que mientras estás en tu ásana te vuelves hipersensible a las influencias externas, lo cual es irónico porque es justamente lo que estás tratando de superar. Los sonidos de la calle, en especial, pueden ser un verdadero problema; serás capaz de oír todo lo que sucede afuera de tu casa. No hay ninguna solución instantánea para esto, básicamente es algo que tendrás que trabajar. Luego de un tiempo verás que eres capaz de filtrar los ruidos que no quieres escuchar; seguirás oyendo los ruidos, pero a medida que tu cuerpo aprende a entrar en inmovilidad más plenamente, los ruidos simplemente se vuelven irrelevantes, y ya no te molestan de ninguna manera. Si los ruidos te resultan tan excesivos que ni siquiera puedes empezar a concentrarte, puedes poner alguna música mientras trabajas. Debes usarla lo menos posible, ya sea la sinuosa música New Age de sintetizador; o la música étnica muy rítmica, de base religiosa, como la música hindú tradicional. Sin embargo, la música no es una buena solución.

Otra técnica interesante es utilizar ruido blanco. La forma más fácil de obtenerlo es sintonizar la radio o la televisión en el final del dial, donde no hay señal de ninguna emisora. Allí oirás un zumbido bajo. Sólo déjalo sonar, puede servir. Otro problema común durante el ásana es el de la lengua. Tú sabes dónde colocar tus manos y tus pies, pero mucha gente, al ir perdiendo la consciencia del resto del cuerpo, siente que su lengua se vuelve enorme y con vida propia. Mi consejo es enrollar la lengua hacia atrás, con la punta tocando el velo del paladar. Esto puede parecer un poco incómodo al principio, pero tiene propiedades yóguicas que lo hacen muy útil para la meditación. ¡Pruébalo y verás!

El problema más peligroso de todos es el éxito. "¿¡Qué!?" grita el lector, "¿Cómo puede el éxito ser un problema?". Es un problema si luego de algo de práctica te encuentras alcanzando maravillosos estados místicos, volando en la luz blanca, descubriendo el cuerpo de Dios, etc. Todos estos estados pueden ser muy placenteros (y más baratos que las drogas psicodélicas), pero debes tener mucho cuidado en pensar que haz alcanzado la respuesta a lo que estabas buscando. Créeme, eso es NADA comparado con lo que vas a conseguir despues. Disfruta estos estados exaltados, solamente un poco, pero recuerda que no son los resultados que estás buscando. En última instancia son distracciones, falsas señales que te llevarán al pantano que terminará por tragarte. ¡Manténte en el sendero del humilde peregrino!"

0 comentarios: